Entrevista a Mariana Esposito

"Hay cosas más jodidas que Casi Angeles para criticar"

Mariana Espósito tiene 17 años -cumplidos hace dos días- y es arte y parte del fenómeno televisivo que se llama Casi Angeles. SOLEDAD VILLARROYA - DIARIO DE CUYO Lejos de esa nena reclutada por Cris Morena en 2003 para sus series de TV infantiles; hoy, Mariana Espósito tiene 17 años -cumplidos hace dos días- y es arte y parte del fenómeno televisivo que se llama Casi Angeles, tira que lleva el sello de Cris y de la que salió la banda de adolescentes Teen Angels que el domingo 26 de octubre recala en San Juan. Nacida bajo el signo de Libra, la muchachita de larga cabellera azabache, está de novia desde hace 2 meses con Juan Pedro Lanzani, con quien en la ficción también vivió una historia de amor. Con una maduración redoblada, Mariana es consciente del furor que despierta el programa en los espectadores de su edad. En el auto de su padre, camino al estudio, "Lali" -como la llaman sus amigos- dialogó con DIARIO DE CUYO.

En pleno viaje, los temas van desde el colegio, su familia, sus compromisos musicales y teatrales; hasta el mensaje que propone la producción y las críticas sobre el planteamiento de ciertos temas como el despertar sexual y las adicciones.

- Sos parte de un boom que comenzó con Chiquititas y explotó con Rebelde Way que también sacó su banda. ¿Ahora es el turno de Casi Angeles y los Teen Angels?

- Aunque tenemos el mismo público y son productos de Cris apuntamos a cosas distintas, desde la producción nos aclaran todo el tiempo que contamos cosas diferentes; ellos eran chicos que salían de la rebeldía y nosotros somos más ángeles, salimos del dolor, de una realidad oscura. - El día que la tira se despida de la TV,

¿Qué va a pasar con la banda?

- La verdad, no sé...Supongo que seguiremos. - ¿Qué respondés a quienes critican el abordaje que hace la serie de temas como el despertar sexual? - De todo lo que hay en la televisión hoy, nunca vi un mensaje tan cuidado sobre ese tema. Hay autores que saben que hacen un programa para adolescentes y saben la manera de hacerlo para que no se malentienda y deje un mensaje sano.

- Quizás para muchos padres, los personajes están salteando etapas... - Y si buscamos ser naturales y que los chicos se identifiquen con nuestros roles, ¿por qué no contar lo que pasa de verdad?. Si uno ve televisión lo que menos puede criticar es lo que contamos, que es hasta necesario; cada programa siempre se cierra con un mensaje bueno; hay cosas más jodidas para criticar que Casi Angeles...

- ¿Pensás que la sociedad quiere evitar estos temas por prejuicios?

- No creo que estén ocultos, sino sacados a la luz por demás. Yo sé que hay padres a quienes le preocupan estos temas, si tienen una hija de 10 años viéndonos, pero es una historia para adolescentes.

- ¿Te gusta lo que hacés?

- Es lo que más me gusta y me quiero dedicar a esto toda mi vida, espero que sea así... - Tuviste que resignar tu infancia por la tele.

¿Te faltó tiempo para jugar, por ejemplo?

- No, para nada. Para eso están mis papás que siempre me mantuvieron con los pies en la tierra, nunca dejé de hacer las cosas de alguien de mi edad. Voy al colegio, salgo con mis amigas y disfruto de mi familia. Aunque no tengo el tiempo que tenía antes de estar en la tele, encuentro los huecos para hacer la vida de una persona normal.

- ¿Y cómo es un día en tu vida?

- Vivo en Banfield, un barrio al sur de la provincia de Buenos Aires. Me levanto a las 6 y tengo 25 minutos de viaje para llegar a mi colegio en Parque Patricios. A la 1 y pico de la tarde salgo y mi papá me pasa a buscar con Candela Vetrano que hace de Tefi en Casi Angeles. Las dos comemos en el auto hasta llegar al estudio donde grabamos hasta las 20. Después ceno con mi familia y si tengo que estudiar, estudio. Los fines de semana salimos de gira, sólo tuve libres 2 o 3 este año.

- O sea que no es muy normal...

- Pese a que el trabajo me quita muchísimo tiempo, me apoyo en mis padres, mis hermanos más grandes Patricio de 18 años y Ana Laura de 22, y la gente que está conmigo. Nunca tenés que perder el eje de tu vida.