Novela en el blog "Recuerdos del pasado" cap 11

Capitulo #11:
Historias
-Que es esto? –me limite a preguntar
-Se podría decir que un lugar secreto –me contestó- mi lugar secreto. Cuando estoy mal, triste –cerró la puerta- vengo acá y me desahogo. Toco el piano, canto
-Alguien más conoce esto?
-No, yo solo. En realidad mi hermana también, pero creo que ya se olvido. Lo encontramos cuando apenas pisamos esta academia
-Y venís seguido acá? –me senté en el banco del piano y acaricie aquellas teclas con gran suavidad
-Cuando no me siento bien, sí. Y digamos que en esta etapa estoy viniendo más seguido –se sentó en el piso apoyándose contra la pared- con el piano me descargo, y cuando canto me alivio mucho más
-Tenes muchos problemas? –me levanté y me senté a su lado
-Algunos, tenes aptos los oídos? –asentí- mis viejos son separados, no hace mucho. Más o menos dos años. Al poco tiempo, mi papa trajo una mina que la presento como su nueva novia. Imaginate, con Eugenia nos queríamos matar
-Es mala mina? –consulté
-Un día casi le pega a mi hermana. Llegue justo y le dije de todo. Le avise a mi papa, pero no me creyó. Fue entonces que por internet encontramos esta academia
-Claro, hace dos años también empezaste acá –recordé

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-Lo use como descarga, pero no me puede despegar más. Así que encontré lo que me gusta inconscientemente –sonrió, sarcástico- vos no me queres contar?
-Es una historia muy larga –bajé mi cabeza
-Tengo todo el día. Me gusta escucharte, dale
-Es todo muy distinto. Ni con mi hermano ni con mi viejo me llevo bien. me cuesta confiar en la gente, me cuesta hacer amigos y todo por miedos que solamente te ocasionaba mi papa dentro mío
-Pero Nicolás es tu mejor amigo, y estuviste de novia
-Nico me banco en muchas, demasiadas. Me defendió varias veces de… todo. Y Pablo… Pablo es un caso aparte. Al principio pensé que me quería, pero después me di cuenta que no. había hablado con mi viejo y seguro que obtuvo alguna respuesta la cual me empeoró
-Pero no entiendo, que hizo tu viejo para que vos no tengas amigos y no puedas confiar en la gente? –no contesté, y giré mi cabeza para no mirarlo- peti… tu viejo… tu viejo te maltrata? –una lágrima cayó de mis ojos y él agarró mi mentón para poder mirarlo fijo- te pega? –volvió a preguntarme con su voz, ya, apagada- que… Pablo… él también?- me quede callada y solo lo abracé. Y sentí como su brazo pasaba por mi espalda rodeándome todo el cuerpo, y un beso cayó en mi cabeza
-No cuentes a nadie, por favor –después de uno minutos, le pedí
-Te juro que a nadie. Pero acordate de algo, cuando necesites a alguien con quien hablar, yo siempre voy a estar. Euge y Candela son tus amigas, llamalas así. Y a mí también llamame amigo
-Gracias –lo miré y me secó la última lágrima
-Te queres quedar un rato más acá?
-No, capas que tenes cosas que hacer y te estoy sacando el tiempo
-Sí, tengo algo que hacer. Un trabajo con una chica morocha, muy petizita, metro cincuenta más o menos, muy linda
-Que tarado –reí- metro cincuenta dijiste? Que metro cincuenta nene?! –me miró casi estallando de risa- bueno, si, metro cincuenta, y qué? –recordé- me dijiste linda?
-Sí, en mí podes confiar eh –solo le reí- hacemos el trabajo?
-Dale, pero hay que elegir una canción –le dije
-Yo tengo una

Pasamos la tarde en ese cuarto, y logramos terminar el trabajo. A la noche, antes de las nueve, entramos al comedor y me encontré con mi grupo de compañeras y Pedro con el suyo. Cada uno se sentó en su mesa y comenzó comiendo aquellas riquísimas milanesas a la napolitana.

-Dónde estabas Marian? –me pregunto Candela
-Por ahí con Pedro. Ustedes, como la pasaron en sus salidas?
-Horrible, espantoso –acoto nuevamente Cande- podes creer que mientras estábamos ahí en el parque de la academia llego la taradita de la novia?
-Que aguafiestas! Y que hiciste? –consulté
-Nada, quede ahí pagando y me volví
-Uh, que mal –mire a Eugenia- y a vos que te pasa?
-Quien? A mí? Nada, nada –mientras jugaba con el tenedor y la comida
-Dale rubia, conta! Como te fue con tu boy a ciegas? –dijo Cande
-Lo conocí
-Y? es lindo? –pregunté ansiosa
-Es Nicolas
-Que!?? –gritamos las dos a coro