Novela en el blog "Recuerdos del pasado" cap 14

Capitulo #14:
Ser quien eres
-Ya, dale, practica tu afinación querido –le dije bromeando
-Perdón? Aca la que tiene que afinar sos vos. Dos años de academia tengo
-Y que tiene que ver? Yo canto desde chiquita
-Te pregunte? No. Asi que dale, afíname bien porque no quiero un cero en el práctico
-Yo tampoco lo quiero Pedrito, asi que ponete las pilas. A ver –coloqué mi mano en su mentón y le levante la cabeza- deci a y anda agudizándola
-Aaa –comencé a hacerle cosquillas- no! Para! –rió- sos brava petiza
-Bueno, supuestamente me tenes que ayudar a empezar de cero –sonreí. En eso, vemos que entra al cuarto Nicolas con Eugenia colgada en su espalda- ah bueno, cómoda Euge?
-Obvio –rió y bajó de Nicolas
-Chiquita, te acabas de bañar y andas en musculosa. Ponete un saco por favor –ordenó su hermano

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-No me jodas Peter. Aparte estuve en tu habitación con Nico
-Como? Cómo? Con Nico? –y lo miró a él
-Sí, pero no pienses nada raro Pedrito. Aparte, tenes que ir acostumbrándote porque tu hermana tiene demasiado levante eh! –dijo riendo
-Ja! Que cómico mi amigo –se levantó de la cama y lo rodeó con un brazo por el cuello- vamos Niquito? Hay que dejar solas a las chicas. Y yo te quiero hacer un par de preguntitas
-Sí, vamos. Chau! –saludó Nicolas
-Chau! –les respondí y escuche nuevamente como la puerta se cerraba ante su ida- que chico, dios! Che, que onda con Nico? –le pregunté a Eugenia
-Y vos, que onda con Peter? –y se sentó en la cama de al lado mirándome
-Nico es mi amigo
-Y Peter mi hermano, tengo más derecho, no?
-Bueh –reí- nada, se podría decir que somos… amigos
-Amigos? Fa! Que rápido hace amistades Marianita eh! –irónica
-No tonta –y me senté enfrentada a ella- ya te dije que no es mi estilo
-Ay Lali, por dios! Todos dicen lo mismo y después terminan casadas y con hijos. Yo te puedo asegurar que ustedes dos, en algún momento, van a tener algo
-Sos bruja ahora? –le dije, bromeando- no, lo estoy conociendo. Aparte, ustedes son los que me llaman amiga. Ami me cuesta mucho decirles asi
-Porque? –me consultó
-Es una larga historia, pero me cuesta confiar en la gente que recién conozco y nunca pude tener la cantidad de amigos que una persona logra
-Bueno, pero eso depende de cada uno. Yo te doy un consejo y vos agárralo, aunque más que consejo es una orden. Confía en nosotros, en Cande, en Peter, en mí. Somos buena gente, nunca te haríamos daño, y más como sos vos, asi tan buena mina. Te dejas querer fácil, aprovecha eso Lali. Solo tenes que ser lo que sos
-Bueno, yo ya le pedí ayuda a tu hermano para que pueda empezar mi vida otra vez de cero
-Eso te va a hacer muy bien, y más borrar todos esos malos recuerdos. Son muchos? –me pregunto nuevamente
-Digamos que los recuerdos de mi pasado son mejor no recordarlos
-Entonces no lo hagas. Ya te dije, se quien sos Marian –y acaricio mi mejilla- para, dijiste que le pediste ayuda a mi hermano? –asentí- ah bueno! Y después me decis que no te gusta!
-No, para! Le pedí ayuda porque… nose porque. Pero el me conto un poco de su historia, bah, también de la tuya, y me pareció adecuado decirle a él
-Si, claro, claro –eso no fue muy convincente de su parte
-Enserio! –y golpee su pierna con una mano- igual, queres que te cuente un secreto? Es medio raro, seguro me tratas de loca, pero te cuento igual
-Que…
-Cuando lo vi a tu hermano por primera vez sentí como un agujero en el pecho, nose, algo rarísimo
-Eso se llama amor a primera vista. Vez! Tenía razón Marianita
-Pero no! Porque cuando te vi a vos también tuve el mismo síntoma
-No serás torti, no?
-Eugenia! –grité y comenzamos a reír- no todo es amor. Enserio, fue algo muy raro
-Y cuando viste a Candela?
-No, con ella no –le aclaré
-Se ve que no te gustó –y volvimos a sacar la carcajada- pero nose que es eso. No será de hambre?
-No, te estoy diciendo que en el pecho
-Ah, ni idea. Yo opino que vayas a un psicólogo, estas media chapa Marian

Inevitable pasarla mal con la rubia. Creo que ella en poco segundos se va ganando el papel de amiga, porque lo que ella es lo transmite asi tan fácilmente. Ojala puede ser como ella, pero no, cada uno es como es, y a cada uno le toca la vida que lo toca por algo. Ami me toco esta, y tengo que ir con la vista bien para adelante afrontándome a cada consecuencia y cada problema que se me cruce por el medio, pero siempre siendo yo. Ordenamos un poco el cuarto así dejábamos pasar el tiempo con más rapidez. Ya a la hora de la cena, esperamos a que Candela llegue de actuación y fuimos al comedor que nos esperaban unos riquísimos fideos con un tuco bien colorido. Al rato, a nuestra mesa, se sumaron Nicolas, Agustin y Pedro, donde no faltaron las cargadas de parte de Eugenia. Cuando terminamos, cada uno volvió a su cuarto. Cande prendió la tele y puso MTV que tanto ama, mientras se duchaba. Y yo junto a Euge nos poníamos el pijama mientras nos mirábamos la ropa que cada llevaba en su bolso.

-Ay Euge, vas a prestarme ese buzito lila. Me encanto –le dije
-Cuando quieras, pero vas a prestarme ese corpiño color turquesa porque me enamoré
-Dale –sonreí- pero no te va a quedar chico?
-Na, a ver –se lo tiré y ella lo probó sobre el camisón- no, mira, me queda bien. Asi que no safaste Lalita
-Ey che! Ami también préstenme algo! –gritó Candela saliendo del baño con una bata blanca y el secador de pelo en mano
-Obvio flaquita –contestó Eugenia- pero no creo que te queden mis corpiños –y rió
-Mala! –gritó ella
-Bueno, para Cande –la calmé- yo tengo algunos que me quedan chicos, te los regalo
-Ay gracias, pero igual me estás diciendo que me falta
-Y bueno, si vamos a empezar a hacer amistades no hay que mentirse che –acotó la rubia y volvió a reír
-Está bien eh! Asi quedamos
-No peleen –dije sonriendo. Camine hasta la puerta para comprobar si estaba cerraba, pero no, seguía abierta. Cuando la abrí, me lleve una gran sorpresa y la volví a cerrar de golpe
-Que pasó? –me pregunto Candela
-Afuera… afuera
-Que, que hay afuera? –dijo Eugenia mientras se acercaba ami
-Maria y Pablo… están… se están besando
-Ay no gordi –me dijo Cande- habrás visto mal
-No –pensó Eugenia- puede ser –abrió la puerta y allí las tres nos asomamos y comprobamos como la pareja anteriormente nombrada, estaban besándose muy cómodamente- otra vez no. La mato! –amenazó la rubia y salió al pasillo.