Capitulo #15:
Abrir los Ojos
-Que haces enferma? –grito Eugenia al salir del cuarto con nosotras dos detrás. Maria se volteo rápidamente igual que Pablo
-No para –la frenó Maria- no es lo que parece. Andate Pablo –le ordenó y él salió. Antes me miro ami y yo lo seguí con la vista- deja te que explique Eushi
-Eushi las pelotas! –le volvió a gritar- te voy a matar idiota! –y la agarró de los pelos para comenzar una gran pelea. Con Candela intentábamos pararla, pero no pudimos
-Eugenia! Que haces? –escuchamos decir de Pedro que abría la puerta de su habitación junto a Nicolas y Agustin
-Para Euge, calmate –le pidió Nico, mientras la agarraba de la cintura y la separaba de Maria
-Estás loca pendeja? Como la vas a agarrar asi? –grito Pedro, que tenia a Maria sostenida de los brazos
-Yo me voy gordi –y salió. Ensima se hacia la desentendida, que tarada
-Veni para aca! Da la cara! Dale, deci que te estabas comiendo a otro! Dale! –sin parar de gritar, Eugenia
-Basta, basta! Que te pasa?
-A vos que te pasa Peter? Abrí los ojos nene, abrilos. Maria se estaba chapando a otro y vos no haces nada. Y yo no soy pendeja. Vos si… pendejo –y dio un giro para entrar a nuestro cuarto con la compañía de Candela, Nicolas y Agustin. Yo la iba a seguir, pero vi como Pedro entraba a su cuarto y no muy bien que digamos
-Puedo pasar? –pedí al ya estar dentro de la habitación
-Me gustaría estar solo, gracias –me dijo de mala manera desde su cama en la que estaba sentado. Al minuto, de una trompada, tiro todo lo que estaba sobre la mesa de luz y pego un grito lleno de furia y se tapo la cara con las dos manos- soy un idiota, soy un idiota
-Ey no –me acerqué a él y me arrodille enfrentándolo para agarrarlo de la cara y mirar como sus ojos estaban llenos de lagrimas- porque lloras?
-Porque soy un estúpido, porque tiene razón, Eugenia tiene razón. Nunca, nunca abrí los ojos cuando tenía que abrirlos. Ya es la segunda vez que me pasa lo mismo
-Como? Maria, entonces…
-Si, Maria ya me engaño una vez. Mi hermana la vio y me lo conto, y yo como tan enfermo que soy, no le creí
-Pero porque? –le consulté
-Porque soy un ciego, veo lo que quiero. Nose, estaría tan enamorado que no lo quise ver, pero te juro que no quiero perder la confianza con Euge. Es mi hermana, la amo
-Eso no me lo digas ami –me paré y le estire la mano- deciselo a ella
Me la agarró y caminamos hasta mi habitación. Allí estaban todos parados mientras calmaban a la rubia que se encontraba en mi cama.
-Para que venis? Para decirme que me equivoque? Para que me sigas sin creer? –reclamó, elevando la voz, Euge
-No, para Eu. Viene a hablar, escuchalo –le pedí sinceramente
-Que queres? – le pregunto de mal humor
-Se que a veces me zarpo –empezó hablando Pedro, sentándose a su lado- que digo cosas que no tengo que decir, que hago lo que no tengo que hacer. Pero eso es porque no te hago caso a vos, porque tenes razón, soy un pendejo que no abre los ojos
-Nunca me crees Peter –llorando
-Siempre te creo –y le secó la lágrima- pero sabes lo terco que soy. Sos mi hermana y no quiero que perdamos la confianza. Te prometo que voy a creer cada palabra que me digas. Pero por favor, perdoname… -y hubo un silencio de pocos segundos
-No me puedo enojar con vos. Te amo hermanito –lo abrazó sin dejar de sonreír
-Ay, más tierno! –acotó Candela
-Sí, todo muy tierno pero… -Eugenia seco la última lágrima- esto tiene sus consecuencias
-Uh, mejor rajemos Nico –dijo Agustin, muy graciosamente
-Sí, no quiero salir herido –rió mi amigo el rubio- chau chicas! Chau Pedrin, y mucha suerte –y salió junto al cachetón
-Y que es lo que tengo que hacer? –pregunto Pedro mientras jugaba con el pelo de su hermana
-Este perdón no te va a salir nada barato eh! Asi que hoy vas a dormir conmigo
-No Eugenia! Con vos no!
-Sí, o que… queres dormir con Lali?
-Eugenia! –le grité. Siempre diciendo cosas que no tiene que decir
-Perdón, de que me perdí? Pedri gusta de Marian? –pregunto Candela, re colgada
-No, no la conoces todavía a mi hermana? Demasiado jodona
-Sí, sí, jodona –irónica, dijo Eugenia- mejor nos acostamos, si? Y vos en mi cama Peter, y sin reclamos
Están todos dormidos. Ver a Eugenia y Pedro acostados juntos, me da mucha ternura. Se nota a leguas que son de aquellos hermanos inseparables. Me encantaría tener uno así, el cual pueda compartir todo lo que siento y pienso. Pero, lamentablemente, no lo tengo. Por suerte voy logrando nuevos amigos. Con Candela la paso muy bien, y con Eugenia paso todo el tiempo riéndome. Dice cada cosa que te hace sacar la sonrisa hasta en los malos momentos. Y Pedro, bueno, Pedro es re buen chico. Me encanta Y Pedro, bueno, Pedro es re buen chico. Me encanta como es y también me fascina que me haga reír siempre. Hermano de su hermana tenía que ser! Al que me falta conocer mas es a Agustin, aunque parece un gran chico, también me cae bastante bien. Es obvio que aca consigo muchos amigos, y quien sabe que algún chico, no? No, no lo creo…
-Muy bien chicos, me encantaron todas las canciones que eligieron- nos dijo Emilia después de comprobar que todos tengamos hecha la tarea. Hubo un poco de todo, los felicito. Bueno, nos vemos en la clase de la tarde que vamos a ir practicando afinación de distintas canciones. Chau! –y todos nos levantamos del piso para volver a nuestra rutina de hacer nada.
-Mariana! –escuché que me gritaban y vi como Pablo se acercaba ami- para… tenemos que hablar
-No, no tengo tiempo Pablo, perdón
-Pará, yo entiendo que estés enojada por lo que viste anoche per…
-Enojada? –Interrumpí- quien te dijo que estoy enojada?
-Que… no… no vas a decirme nada por lo de ayer?
-Y te tendría que decir algo? Digo, que yo sepa no somos nada. No me tenes que dar explicaciones. Se como sos, con eso me basta y me sobra
-Y como soy? –me agarró del brazo
-Se que lo único que te importa es llevar minas a la cama, eso –me quedó mirando- que, acaso miento?
-Seguro que te lleno la cabeza ese enfermo, no?
-Ese enfermo es mucho más bueno que vos. Y no, no me dijo nada. Igual no hace falta abrir mucho los ojos para darse cuenta la clase de basura que sos –nunca pensé
-Ese enfermo es mucho más bueno que vos. Y no, no me dijo nada. Igual no hace falta abrir mucho los ojos para darse cuenta la clase de basura que sos –nunca pensé que lo haría, pero en ese momento, Pablo, levantó su mano para pegarme una cachetada en la mejilla derecha. Yo me agarre la cara y lo miré- que haces?
-Te la devuelvo –y salió del salón, dejándome sola
-Ey, alterado! –dijo Pedro después de haber chocado con él- peti, viste unas hojas con unas canciones? me las olvide –no le contesté- te paso algo en la cara?
-No, nada –sin sacar mi mano de la mejilla aunque estaba por largarme a llorar. Se acercó ami y me saco la mano del lugar en que estaba para ver, seguramente, mi mejilla toda colorada
-Que te paso? –impresionado
-Nada, nada… me caí –mentí
-Te pego? –me preguntó y no contesté- te pegó… -lo afirmó él solo y salió corriendo del salón. Pensé que iba a buscar a Pablo, y no me equivocaba, entonces lo seguí, también corriendo.
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