Novela "Año nuevo, vida nueva" cap 13 - Me mataste!

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 13; Me mataste

Y volvieron a llorar en compañía, se abrazaban a si mismos, se amaban en silencio. Las seis de la mañana indicaba el celular de Piter, y un nuevo mensaje le estaba llegando. Abrió su teléfono lentamente, y aprovecho a que Mariana cerró sus ojos para leerlo. Quería cuidarla, quería que ella se dejara amar.

Tienes un nuevo mensaje de Euge(L)
“Decime por favor que están bien los dos, no puedo verlos así. Arréglense, bésense, hagan aquello que les hace feliz a los dos. Los amo y me muero si les pasa algo. ”

- ¿Estás mejor, linda? – Preguntó el castaño, acariciando la cara de la chica-
- Si, estoy bárbara. Gracias Pedro, enserio. – Agradeció nuevamente Lali, mirándolo firmemente-
- No me tenés que agradecer nada. – Sentenció sin mirarla a la cara, dirigiendo su vista al mar-
- ¿Cómo es eso de que ya te mate? – Pedro rápidamente se dio vuelta- ¿Me podes contar?

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- ¿Segura que queres saberlo?
- Segurísima.
- Me mataste desde el momento que me acerque a vos y tus pelos volaban junto al viento, me mataste cuando me sonreíste por primera vez, me mataste cuando me pediste que te abrazara, me mataste en ese abrazo, me mataste cada vez que me miraste, me mataste en esos besos, cada vez que me miras a los ojos me estás matando Lali. – Una lagrima cayó del ojo izquierdo de Mariana, y en segundos, ya no estaba más- Dejame estar con vos, dejame cuidarte, dejame quererte.

Se quedó muda, no había palabras para describir semejante ternura. Solo lo miro, lo miro por un rato y recordó en su cabeza aquellos me mataste . Él era quien la estaba matando de dolor, y más ahora, que no quería reconocer que estuvo a punto de matarlo. Pero fue de verdad, casi lo hizo. Pero a él no le importaba, él solo quería estar cerca de ella, y aunque no lo dijera, a ella le hacia bien. El chico se notaba insistente solo con la mirada, esperando respuesta alguna de parte de ella, pero no podía responder, le dolía el alma, y cada vez que esto le pasaba las palabras no le salían. Volvió a ver su cara nuevamente y noto que debía comunicarle de alguna manera que la acababa de matar con esas palabras. Y después de prepararse mentalmente se acerco a él y lo tomo delicadamente de la cara, acorto aquella distancia y unió sus labios junto a los de él. Los mismos jugaban entre si, se movían con pasión, se buscaban. Las manos de Lali se iban corriendo lentamente hasta el pelo de Pedro, agarrándolo con firmeza y sin soltar ni un solo mechón. Luego de unos segundos de quedarse ambos sin aire, separaron sus labios y bajaron la mirada. Mariana dio medio giro y comenzó a caminar hacia el otro lado, sin emitir sonido, lentamente se iba alejando. En efecto, cuando Piter reaccionó, corrió hasta alcanzarla, y agarrándola del brazo la interrogó.

- Espera. ¿Qué haces? ¿A dónde vas? ¿Por qué lloras ahora?
- No se, te juro que no se que hago. Quiero estar con vos, te veo y me pierdo en tus ojos, en tus labios y me dan ganas de correr a besarte infinitas veces. No se que me pasa, si me gustas, si te tengo ganas, si me estoy enamorando, no se. – Los ojos de Pedro se iluminaron rápidamente- Pero no puedo, no puedo estar con vos sabiendo que puedo llegar a matarte, es más fuerte que yo.
- ¿Otra vez con lo mismo Lali? – Protesto negando reiteradas veces con su cabeza-
- Es que no lo entendés, ¿no te preocupa que corres peligro? No podemos estar juntos, mira si me descontrolo otra vez e intento matarte, ¿no te preocupa tu vida? – Consulto al levantar su mirada y mirarlo nuevamente a los ojos-
- Si que me preocupa, por eso, quiero vivir el presente, no me importa si mañana me voy a morir, y con más razón, si mañana lo hago, quiero disfrutar el hoy. Quiero poder besarte cuantas veces quieras y que vos también lo hagas sin pedirme perdón, quiero disfrutar mi vida, y hoy elijo disfrutarla con vos. – Se desahogó, llevando la mano de Mariana hacia su corazón-
- ¿Te dije que sos increíble? – Él asintió- Bueno, te lo vuelvo a decir. Sos increíble – Repitió remarcando cada letra- Y todavía no entiendo como podes hacer para calmarme tan fácilmente, sos como Eugenia, con la diferencia que no llego a conocerte ni hace una semana, y a ella años. No entiendo la vida a veces, te juro que no la entiendo. – Medito casi en silencio la morocha-
- Es fácil de entender, estamos hechos el uno para el otro, es así. No le des más vuelta, disfruta lo que queres disfrutar. Pensa por lo menos un minuto en vos, sin pensar que vas a lastimar a alguien. – Rogo Juan Pedro, acercándose cada vez mas-
- Yo pienso en mí también, es por eso Pedro, no la compliques. A mi me duele estar al lado de alguien sin saber que le puedo hacer. ¿Entendés?
-No, yo se que es difícil Lali, pero ya esta, ya fue. No va a volver a pasar. No vas a andar toda tu vida prohibiéndote cosas por no saber que vas a hacer. Por favor, intenta planearte cosas, y si te cuesta o te duele, yo te ayudo. – Volvió a pedir con su corazón estrujado-
-¿Me vas a acompañar en todo? - Consulto suave, con una voz mas tierna de lo común-
-En todo, yo te prometo que no voy a dejar que nada te impida vivir el hoy. Te lo prometo – Repitió y beso su mejilla-
-Creo que no me van a alcanzar los gracias para todo lo que haces por mi.
-No me tenés que agradecer nada, ya te dije. – Recordó Pedro, jugando con el pelo de Mariana- ¿Ahora si? ¿Me vas a dejar quererte sin algún problema?
-Si, quiero que me quieras y que me dejes disfrutar junto a vos todos los días.
Y no hubo nada más que decir, unieron nuevamente sus bocas y volvieron a besarse. Solo una cosa más… ¡Me mataste!