Novela "Año nuevo, vida nueva" cap 18

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 18; Chapen

- ¿Se puede saber que hacen ahí escuchando? –Pregunto la morocha después de separarse de Piter-
- ¡Fue idea de Rochi! –Exclamo Eugenia, al haber sido la primera en caer tras un empujón que pego Candela al querer ver-
- ¡Mentira! La idea la tuvo Agustín –Se defendió señalándolo-
- Sorry girl, yo me hago responsable. It was not my idea, pero si yo quería escuchar también. Ya venimos notando desde hace mucho tiempo la onda que tiran ustedes –Lali abrió sus ojos y llevo uno de sus dedos hacia ella, para después moverlo hacia Pedro- Si, entre ustedes. –Reafirmo la más delgada de todas-
- ¡Nada que ver! ¡Alucinan ustedes! –bromeó nerviosa- Che … ¿si jugamos a algo?
- Siempre queriendo zafar vos, eh –comentó Nicolás apareciendo por atrás-
- Me suena tentador el verdad; consecuencia. –Opinó Eugenia sentándose en el piso-
- La idea era que no le siguieras el juego a tu amiguita, y así sacarle más información a estos gomas, pero dale, juguemos. –se decidió Victorio-
- ¡Sos de madera Vico! ¿No vez que jugando al verdad; consecuencia sacamos muchísima información? – Consultó Eugenia sin idea alguna a que le respondiera-
- Amiga te decían a vos –Dijo Lali y rió falsamente-
- ¿Perdón? Fui yo la que te presento a Pedro, y debería saber absolutamente todo lo que pasa entre ustedes. Así que no te quejes Lalita. –Sugirió María Eugenia-
- Bueno, dale, sale verdad consecuencia.

Se sentaron todos en un semicírculo preparados ya para comenzar con aquellas inquietantes preguntas o aquel tipo de prendas que elegían. Fue Agus el que empezó, eligiendo a Daniela,



quien eligió después a Nicolás y ahí fue que se propusieron jo.der a Piter. Apenas lo nombro, Lali tembló. Ya sabia lo que se estaba por venir, un par de preguntas desubicadas sin dejarle otra opción que decir la verdad, o decir la verdad, o una prenda que seguramente la incluiría también a ella. Sonó uno por uno sus diez dedos de la mano y se dispuso a escuchar la opción que elegiría su amigo con derecho.

- ¿Verdad o consecuencia Pedrin? –Consulto su amigo Nicolás con unas malas intenciones-
- Verdad –escogió el castaño muy seguro-
- Solo porque soy buen pibe te cambio la pregunta, y ojito con la respuesta. ¿Quién besa mejor, Euge o Lali? –Juan Pedro tragó saliva, Mariana tapo su cara con sus manos y Eugenia rio- Dale papu. –Apuro el pelilargo-
- No puedo contestar eso, no seas malo. No puedo –Insistió después de mirar a las dos-
- Vos también Nico, lo pusiste entre la espada y la pared. La ex o la nueva. –Opinó Agustín mientras reía- Pero bueno Pedrito, o respondes la pregunta, o por esta vez te damos la opción de la prenda.
- Prenda. Prenda –Repitió deseando lo que no pensaba-
- Te chapas a Lali acá, en el medio –Indico Agus con su dedo-
- ¡Chicos! –se quejo Mariana-
- Lali, una vez que Pedro no protesta, dale, no seas mala. –Pidió Victorio eligiendo su cara angelical-
- Un beso nada más.
- ¡Lali! Dale gordi, un chape nada más. – Insistió Candela-

Gastón, quien no había opinado en ningún momento sobre nada, fue el encargado de empujar a Pedro hacia el centro, y Lali fue llevada hacia el mismo lugar con un pequeño empujón dado por Daniela. Los restantes comenzaron con el típico “Chapen, Chapen” haciendo que Pedro esbozara una sonrisa de costado y sin pensarlo otra vez, se acerco a Mariana, tomándola delicadamente por la cara, posando sus labios sobre la comisura de los de ellas, haciendo que la misma se prendiera de ellos. La beso sintiendo aquellas ganas de hacerlo como si nunca antes lo hubieran hecho, a pesar de que así era como sus amigos lo pensaban. La morocha subió sus manos lentamente hasta agarrarse fuertemente de los mechones de Pedro, quien seguía con sus manos en la cara de ella. Los demás quedaron boquiabiertos frente aquella escena que estaban viendo, incluso Candela froto sus ojos varias veces. Despegaron sus bocas y con una mezcla de amor y vergüenza volvieron a sentarse, formando nuevamente aquel semicírculo. Nicolás junto a Victorio y Agustín palmearon incontables veces la espalda de Juan Pedro, y fue solo Gastón quien se acerco a Mariana con un sincero beso en su mejilla y un abrazo. Para cambiar el clima Piter decidió seguir con aquel juego y eligió a Daniela, quien tuvo que besar los carnosos labios de Nicolás, haciendo que Eugenia enloqueciera. Situaciones parecidas pasaron hasta que se hizo tarde, ya casi la hora de comer, por lo que en la cabaña de Roció, Gastón y Agustín, solo se encontraban los mismos, y Pedro que terminaba de jugarle un campeonato de football en el play station. Cuando decidió irse, eligió en su celular la opción de escribir un mensaje y comenzó a teclear los botones rápidamente, para después guardarlo nuevamente en su bolsillo. Camino unos pasos más hasta llegar a su tan codiciada cama, recostándose sobre ella para descansar. Cerro fuertemente sus ojos y en su mente aparecieron los “ Chapen, Chapen” de sus amigos y aquel beso que compartieron, una vez más.
Mientras pensaba en el día de mañana y una lagrima recorría su mejilla y caía sobre su almohada, su celular comenzó a sonar. Tardó unos segundos en leer aquel mensaje que le había llegado, pero después que lo hizo, su cara se transformo totalmente y expresaba ahora, un sentimiento distinto al de hace unos segundos.

”Se que no me vas a decir que no, pero por las dudas, avísale a Cande que no comes ahí con ella, pero ni se te ocurra decirle que tu amigo con derecho te espera atrás de la cabaña a las diez y media.”

Reviso toda su bolso en busca de algo que combinara con lo que ya tenia elegido y después de dejar que sus buzos y sus pantalones volaran por los aires se decidió. Le aviso a Candela que no comería con ella, prometiéndole contarle después el motivo y se pego una ducha, para después producirse. Una vez lista, alzo su mano para fijarse la hora y a las diez y media en punto Mariana salió de aquella cabaña, dirigiéndose a la parte de atrás, con, finalmente, un vestido color negro, estilo strapless, una flor del mismo color en su pelo, y unos delicados tacos haciendo juego. Su pelo, a pesar de la humedad, se encontraba lacio y tirante. Una vez en el lugar donde habían acordado encontrarse, la morocha comenzó su búsqueda hacia Pedro, quien no estaba.
Pero de repente, siente como unas manos la toman de su cintura y unos labios humedecidos y muy fáciles de reconocer, besan su mejilla, casi al lado de sus labios.