Novela "Año nuevo, vida nueva" Cap 9

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 9; Perdida


Y cuando por fin sus labios ya estaban unidos y eran uno solo, lo besó. Sintió como sus manos tomaban fuertemente dos mechones del pelo de Pedro, acción de no querer soltarlo nunca. Finalmente se despegó de su boca y lo miro por unos segundos en silencio; esbozo una media sonrisa y a continuación acarició su cachete.

- Perdoname, lo tenía que hacer. – Susurro Mariana en su oído, para después intentar pararse-

Pedro solo la tomo del brazo y la volvió a llevar hacia el, robándole otro beso como el anterior. Mariana no lo paro, no debía hacerlo. Se perdía en aquellos hermosos labios, se perdía en aquellos besos. Fue él quien esta vez se separo, regalándole una enorme sonrisa. La tomo de la mano y sin pronunciar alguna palabra se acercaron al mar. Caminaron intercambiando unas miradas que solo ellos dos entendían hasta llegar al resto.

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Porque me quedo muda, perdida en tu mirada, porque todo es lejano porque sin ti, ya no hay más nada.

- ¡Al fin Macho! – Exclamo Agustín palmeándole la espalda- ¿Qué hicimos anoche que nos costo levantarnos? –Pregunto con ironía, mirando a Mariana que se encontraba al lado de Pedro-
- Me haya acostado a la hora que sea, no son las ocho de la mañana una hora para levantarse en vacaciones. ¿No te parece? – Respondió Piter amenazándolo con la mirada-
- Bueno, era un comentario nada más. – Se defendió Agus, al notar que debía callarse-
- A ver, yo quiero saber una cosa – Interrumpió Victorio- ¿Qué mier.da hacemos a esta hora en la playa?
- ¡Por favor gordi! Disfruten de la naturaleza y dejen de quejarse. – Protesto Can pegándole suave en el hombro-
- ¿Qué naturaleza? ¿Cuándo sale una noche? No se, boliches, minas, cerveza. – Contradijo Nicolás, mirando a los chicos-
- ¡Minas no! – Exclamo enseguida Rochi- ¿Escuchaste gato? – Pregunto mirando fijamente a Gastón-
- Si mi amor. – Respondió él- Nada de minas – Aseguro después-
- No. ¿Por qué minas? Si vinimos a pasar las vacaciones entre amigos. – Recordó Euge- Si ustedes salen, nosotras salimos con ustedes.
- ¿Y si no salimos? – Consulto Gastón, sintiéndose observado por todos- No, no me miren así. Salir de noche siempre trae líos.
- Yes, Gasti tiene razón. Es mejor quedarnos a ver una peli. – Lo defendió Can sonriendo-

Dado por finalizado el tema, volvieron a disfrutar del agua del mar unos minutos. Habían resuelto lo mejor, en definitiva Nicolás nunca lo dijo por querer, sino por acercarse de alguna forma a Eugenia. Las experiencias que habían tenido nunca fueron muy buenas, alguien siempre salía perdiendo. Las últimas vacaciones que Pedro paso con sus amigos, habían quedado él y Gastón con los ojos morados, producto de varias piñas. Y todo, por haberse metido con Eugenia. Otro año, Nicolás y Agustín pasaron peleados tres semanas por causa de una chica que allí conocieron, y la peor vez fue cuando Eugenia y Mariana se pelearon. Por suerte, Eugenia siempre arreglaba todo y no dejaba que pasaran más de tres días distanciadas. Así que, sin duda alguna, lo mejor era pasarlo entre amigos. Y no se discutía, boliches no.

- Bueno, ¿entonces quedamos así gatos? – Pregunto Roció para asegurarse-
- Si Ro, a las nueve en tu casa. – Respondió Eugenia dirigiéndose a su bolso-

Tomaron sus cosas y abandonaron aquella desierta playa. Antes, Daniela confirmo la hora en su reloj, diez y veinte, y ahí si dio camino a sus pasos. Fue la primera en irse, junto a Victorio, Candela y Agustín. Rocío y Eugenia caminaban mientras charlaban en silencio, y Pedro iba tras ellas llevando todo lo que pertenecía a Eugenia. Pensaba mientras en aquel, o mejor dicho, aquellos besos. Recordó mil y una veces ese momento tan único. Su corazón latía más rápido y pedía que gritara a los cuatro vientos la pasión que sentía. Pero no podía. Guardaba en secreto lo que sentía, no quería adelantarse para perder todo de golpe, como siempre dicen, tiempo al tiempo.

- Piter, ¿me haces un favor? – Gritaba desde el baño Eugenia-
- ¿Qué queres Eu? – Consulto acercándose a la puerta del mismo-
- Deje mi remera en la playa – Respondió –
- Si, ya voy. – Interrumpió al ya saber el favor-

Salió de la casa y comenzó a caminar, otra vez pensando en aquellos hermosos besos. Su cabeza solo estaba disponible para pensar en que le pasaba con Lali, mil cosas rondaban una y otra vez en el, pero no tenia aquella respuesta. Llego a la playa e intento dirigirse hacia donde habían estado unas horas antes, pero una imagen reconocida lo interrumpió. Allí estaba ella de espaldas, dejando que su pelo volara al ritmo del viento, con sus manos sobre la arena haciendo pequeñas montañas. La miro detenidamente unos segundos y se acerco, sentándose a su lado. Volvió a mirarla, esta vez de frente, y noto como sus ojos se encontraban empapados en llanto. Solo pudo apretarla en su pecho y quedar en silencio junto a ella, hasta calmar las lagrimas.
-¿Me queres contar? – Consulto mirándola y acariciando su cara-
-Me encantaría, pero no se que me pasa. Me siento perdida , no se, ¿viste cuando lloras por cualquier cosa, o por cualquier pensamiento? – Pedro asintió- Es eso, lloro por cualquier cosa.
-¿Y que es esa cosa que te tiene así? – Pregunto, mientras seguía con aquellas caricias-
-Soy yo misma, no se, soy demasiado histérica, demasiado bolu.da. Me caliento por todo, me saco sin razón, y termino mal. Y siempre meto en esto a Euge, siempre me la agarro con ella, y te juro que no se como hacer para cambiar. – Confeso Mariana acurrucándose en él-
-Vos no tenés que cambiar. – Sentencio él suave- Yo creo que si Euge, o cualquier otra persona te quiere, es por como sos, y si te eligieron así, bolu.da e histérica, es porque aceptan como sos. No trates de cambiar hermosa. – Pidió jugando con su pelo-
-Sos – Pronuncio al separarse- Sos increíble Pedro, increíble. – Concluyó al fin, volviéndose a perderse en su pecho-