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lunes, 9 de marzo de 2009

Novela "Año nuevo, vida nueva" cap



Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 15; ¿Quieres saber un secreto?
{Segunda Parte}


- ¡Abran chicas! Somos nosotros – Gritaba Victorio forzando la puerta-
- Bueno, estábamos ocupadas che. – Explico Eugenia abriéndola-
- ¿Si? ¿A ver que hacían? – Preguntaba incrédulo Nicolás, al entrar-
- ¡No me subestimes tara.do! Mira que nosotras tres juntas hacemos más cosas que vos solito – Respondió Mariana, mientras ayudaba a Daky-
- Si si si, como vos digas. Pero apurate petiza que me estoy por morir de hambre. – Informó el rubio-
- Ayuda a poner la mesa Nico, hace algo por lo menos. – Pidió Eugenia tratando de sostener los diez vasos a la vez-
- Deja Euge, yo te ayudo. – Dijo Pedro al tomar cinco de ellos-
- Gracias Pedrito, aprende nene, aprende. – Repetía Eugenia, dirigiéndose a Nicolás-
- Bueno gauchos, ¡ya están prontas las hamburguesas! – Exclamo Daniela, apoyándolas en la mesa, haciendo que todos se abalanzaran hacia la misma-
- Están más buenas gordi. – Expreso Candela mordiendo el tercer pedazo- I love you a lot.

Aquellas riquísimas hamburguesas que preparaba solamente Daky, era la debilidad de todos los integrantes de aquel grupo. Acabaron toda la comida, pusieron todo en orden y ahí si se sentaron los diez para comenzar a cantar. Gastón afino la codiciada guitarra y los chicos se encargaron de elegir la canción y repartirse las partes. Una vez todo listo, el rubio comenzó a tocar.



- Nunca sabrás lo mucho que te quiero. Nunca sabrás lo mucho que me importas. – Comenzó Mariana junto a Candela-
- Escucha, ¿quieres saber un secreto? ¿Me prometes no contarlo? – Continuaron Pedro y Agustín- Acércate, déjame decírtelo al oído. Decirte las palabras que quieres oír. – Y en esta estrofa se unieron Gastón y Victorio- Estoy enamorado de ti.
- Hace unas semana o dos que lo sé, pero nadie más lo sabe, solo tú y yo. – Cantaban esta vez, Eugenia y Daniela-
- Escucha, ¿quieres saber un secreto? ¿Me prometes no contarlo? Acércate, déjame decírtelo al oído. Decirte las palabras que quieres oír. Estoy enamorado de ti. – Pronunciaron todos finalmente-

Y fueron inevitables las miradas entre Pedro y Mariana. Aquella canción parecía escrita para ellos. Aquella forma tan directa que tenían de decirse todo a través de los ojos y de las sonrisas les facilitaba tanto. El ruido del celular de Agustín los volvió a desconcentrar de aquel momento y sus gritos los hizo reaccionar.

- ¡Me compraron el auto! ¡Me compraron el auto! – Grito el cachetón con todas sus fuerzas- ¡Vamos!

Y después de eso se abrazo fuertemente de Candela y la beso frente a todos; una nueva sorpresa para aquel grupito. Y la beso sin importar que todos estuvieran allí, sin importarle las horas ni el tiempo. Y cuando finalmente sus labios se despegaron las miradas del resto los amenazaban hasta que Daniela expreso un fuerte “¿Volvieron?”

- ¡Sí! ¡Volvimos! – Exclamo Candela con alegría-

Las felicitaciones daban vuelta por toda la cabaña, la alegría deambulaba entre ellos. Se sentían completos, felices, seguros. Eran diez y a la vez eran uno solo, se aceptaban y se querían como eran, no importaba si una era baja, si la otra era rubia, si otro tenía muchos cachetes o si otra no hacía más que hablar en ingles, no importaba. Esas eran aquellas vacaciones que Mariana deseo toda su vida, esa era la chica que buscó Pedro.
El tiempo pasaba volando, ya eran las cuatro de la tarde, y en aquella calurosa cabaña solo estaban Eugenia y Nicolás, besándose descontroladamente, Victorio chequeando su mail, y Mariana y Pedro mirando como aquellos dos unían continuamente sus labios. El castaño estiro su mano, y cuando Lali la tomó, partió junto a ella sin rumbo. Caminaron sin saber a donde iban, y eso era lo lindo. Caminaron en silencio, acompañados del hermoso sol que había, observando aquel cielo despejado y azul. Pararon en una playa que estaba casi vacía, no la de siempre, otra, otra que se encontraba lejos del mundo. Sin decir absolutamente nada, se sentaron los dos en la cálida arena y comenzaron a mirar juntos como las olas salpicaban pequeñas gotitas de agua. Después de algunos segundos, Lali tomo de su campera unas pastillas, tomando una para ella y ofreciéndole otra a Pedro, pero él no contesto aquel simple “¿Queres?”, quedo en silencio por unos segundos y después si, volvió a mirarla de frente.

- Escucha, ¿quieres saber un secreto? ¿Me prometes no contarlo? Acércate, dejame decírtelo al oído. Decirte las palabras que quieres oír. Estoy enamorado de ti. – Pronuncio aquellas estrofas con la tan reconocida melodía, y corrió su pelo para acercarse a su oído, como decía la canción.- Estoy enamorado de ti – repitió suavemente-
- Hace unos días nada más s que lo sé, pero nadie más lo sabe, solo tú y yo. – Continuó ella, cambiándole la letra-
- ¿Qué es lo que sabes? –Pronunció como pudo, mirándola fijamente-
-Que estoy enamorada de ti. – Sentencio casi en silencio y se acerco unos centímetros-
-¿De mi?

No respondió, solo lo beso con ganas, con amor, con cuidado. Era la única respuesta que a Pedro le iba a servir, lo sabía. Y también sabía que ya era el momento de reconocer aquello que sentía, aquel cariño que crecía en cada acción que el castaño hacía. Los ojos de ambos tomaban nuevamente aquel brillo especial, y en sus oídos resonaba aquella melodía. Después de unos segundos volvieron a despegarse y Mariana solo lo abrazó. Lo abrazo y sintió la necesidad de volver a besar esos labios que tanto amor le brindaban.

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