Novela del blog. "Año nuevo, vida nueva" Cap 17

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 17; ¿Por qué?

Todo caminaba feliz a su alrededor, mientras ellos iban con su mirada hacia el piso. Incontables niños iban con sus madres hacia aquella conocida placita, junto a varias parejas de ancianos que volvían de caminar por todo el lugar. Se divisaban también varios adolescentes como ellos que caminaban con rapidez hacia el centro del lugar. Y todos esbozando sonrisas, hasta a veces dejando escapar algunas carcajadas. Él solo la acompañaba en aquella caminata tan silenciosa que tenían desde hace unos minutos, bajo el clima ideal para disfrutar el día. Pero se consideraban los únicos que no lo hacían, tras un llamado que no debían haber respondido. Llegaron al fin hasta donde se encontraban todos sus amigos, entraron con calma sin mencionar ni una sola palabra. Pedro se sentó junto a la mesa donde sus amigos jugaban al truco y ella caminó hasta su bolso, tomo un par de cosas y se sentó en un cómodo sillón que se encontraba casi al lado de la ventana. Colocó los auriculares en sus oídos y comenzó a escuchar algunas canciones mientras miraba como todos caminaban felices por Pinamar. Intentaba disimular la tristeza que llevaba consigo pero no podía, era algo inevitable. Este sería el quinto año que lo pasaría sin acompañarlo y por más de intentar superarlo, no podía, era su padre y seguía sintiéndolo así. Sus amigos, tras mirar como sus ojos se entristecían cada vez mas decidieron interrumpir aquellos pensamientos de la morocha.



- ¿Nos queres contar enana? –Pregunto Nicolás desde su silla, dejando sus cartas en la mesa-
- Lo extrañas, ¿no? –Se adelanto su mejor amiga al ver que ella solo los miraba-
- Es mañana – Balbuceo apenas sin dejar de mirar por la ventana- es mañana – repitió de la misma manera-
- Si queres volverte no hay problema La, sabes que nosotros te entendemos. –Se unió Roció a la conversación, tratando de levantarle el ánimo-
- No me hace bien volver, si pude cuatro años porque no cinco. ¿No? –preguntó levantando sus cejas a la par y mirando por primera vez al grupo-
- No pudiste cuatro años, lloraste y te encerraste en tu cuarto sin comer ni salir del mismo por cuatro años. Y este año ni yo ni los chicos vamos a permitir que eso pase. Si queres podes volver para Buenos Aires y disfrutar junto a él, pero acá no te quedas encerrada con todo guardado, acá te quedas para disfrutar con tus amigos. – Advirtió Eugenia acercándose al sillón-
- Amiga, sabes que yo no soy tan directa como Euge, pero de todas formas es verdad lo que dice. ¿Segura que no queres volver? – Insistió Candela, también al acercarse-
- No tengo ganas de ver caras nuevas –Explico Mariana bajando su mirada, al notar como sus amigos la miraban sin entender- Está con otra, esta con otra –Reafirmo y dejo que su primer lagrima cayera sobre su celular-

Todos los presentes quedaron boquiabiertos, mirando como su amiga sufría por una persona que, en vez de ser su ejemplo, repartía tristeza para ella todos los días. Mariana seguía con su mirada baja pero sin mirar, sus ojos se encontraban cerrados y de vez en cuando los apretaba más para dejar que las gotas cayeran de una buena vez de sus ojos. Ninguno se animaba a hablar ni a producir algún sonido, la conocían demasiado y sabían que el silencio le hacia bien. El silencio la llenaba de preguntas que en todo este tiempo iba armando y era con ellos que se descargaba aquella morocha. Después de unos segundos de pasar así, se sentó derecha y volvió a enfocar su vista en la ventana.

- ¿Era necesario salir con otra persona? ¿Con cuantas estuvo ya? ¿Con cuantas? Con tres salió ya, con tres, o al menos tres conocí yo. ¿Era necesario que tanta tristeza me impidiera llamarlo? ¿Por qué siempre hace lo mismo? ¿Por qué siempre espera los peores días para sorprenderme con otra? ¿Por qué no me lo decía otro día? ¿Por qué justo ahora que estoy pasando las mejores vacaciones? ¿Por qué? – Cuestionaba rápidamente sin interés de que le respondieran-
- Capaz que el no tiene la idea de lastimarte frente a los ojos. –Opinó Victorio una vez que su amiga se calló-
- No seas tan inocente Vico, se que lo haces para bien, pero ya no tengo doce años como aquel día. –Aclaro Lali negando un par de veces con su cabeza-
- Me parte el cu.lo verte así. –Confesó Nicolás haciendo que sus dedos suenen-
- ¡Es el alma Nico! ¡Es el alma! –Exclamaba Gastón sin ganas de reír- Y a mi también La. Veníamos tan bien, hasta que no se porque estás así.
- Hasta que mi hermanito llamo para notificarme de cómo andaban las cosas por ahí. –Respondió ella posando ahora, su vista en su bolso- ¿Me lo alcanzas, Dani?
- Si me prometes que vas a cambiar esa carita. –Condicionó Daniela agarrando el bolso- ¿Dale?
- Está bien, te lo prometo. – Contestó dándose por vencida y esbozo como pudo una sonrisa- Gracias
- ¿Y a vos que te pasa Pedrito? ¿Qué te tiene tan calmado? – Se atrevió Agustín a preguntarle, al ver que el animo de Mariana había mejorado-
-El aire me tiene así, el aire. –Respondió tratando de hacerle notar que el horno no estaba para cocinar-
-Chicos, ¿les jode si les pido que me dejen un rato a solas con Pedro? –Consulto Lali al dejar de lado su bolso-
-Todo bien enana, todo bien. –Reitero junto a los demás Nicolás, y comenzó a dirigirse hacia otra parte de la cabaña-
-¿Paso algo Lali? –Consulto Pedro sentándose en el mismo sillón, una vez solos-
-Te quería pedir un favor.
-El que quieras –Respondió y le dedico una media sonrisa-
-¿Mañana me acompañas a llamarlo? –Pedro solo volvió a sonreír- Necesito hacerlo, necesito desearle feliz cumpleaños. –Confeso Mariana transformando su cara-
-Quedate tranquila, yo te acompaño. ¿Puedo preguntar algo? –La morocha asintió- ¿Por qué yo?
-Vos sabes por que, vos sabes que sos muy especial para mi Pedro. –Explico Mariana acariciando su cachete, acción impedida por un ruido que los hizo voltear-


Ojala les guste; se que no tiene muy buen contenido y es lo que me salio. Ando muy apurada, se me fue la gold asi que por unos dias no van a poder firmar todos:( los quiero