Novela "Año nuevo, vida nueva" Cap 43

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 43; Una explicación

Sus manos temblaban con rapidez, y a pesar del frío de todas las mañanas, reconocía el porque de la recién nombrada acción. Sus dientes chocaban con desesperación provocando un ruido que carcomía su cabeza. Sus pelos se mezclaban entre sus dientes a la vez que volaban a causa del viento, y a pesar de todo, logró extender su mano para poder presionar unos segundos, uno de sus dedos sobre el timbre. En un abrir y cerrar de ojos él apareció allí y lo único que logro fue perderse en un cálido y amplio abrazo, como él solo podía dar. Las lágrimas comenzaron a bajar sobre sus ojos, sin darle importancia al resto del mundo. Allí solo estaban él, ella y un enorme dolor. La aferró a su pecho fuertemente y comenzó a caminar hasta el primer sillón de aquella casa, donde en segundos cayeron.

- ¿Me queres contar bien todo? –Susurro a su oído luego de varios segundos de silencio. La morocha elevo su mirada hacia sus ojos- Prometo no hacerte ninguna escena de celos, ni decirte mil veces que no tendrías que haber ido sin avisarme. –Pronuncio tomando sus manos-
- Perdoname mi amor, te juro que solo quería no preocuparte –Explicó sin poder continuar, su dedo índice se encontraba sobre.....




sus labios- No se puede ir. ¡No me puede dejar! –Exclamo rompiendo en llanto nuevamente, una vez que su boca se encontraba libre- ¡No puede! –Repitió sin claridad-
- Tal vez todo tiene una explicación , tal vez no se va porque si. –Opinó Juan Pedro mientras pasaba la yema de su dedo por el rostro de su novia-
- ¿Qué explicación? ¿Qué se va al lugar de mí –enfatizó- sueños? ¿Qué va a realizar el viaje que yo siempre quise hacer junto a él?
- No te puedo ver así mi amor, no puedo verte llorar así. –Confesó mientras la apretaba nuevamente contra su pecho- Si vos te quebras, yo también –Expresó llevando la diminuta mano de Mariana hacia su corazón-

Y aunque cueste creerlo o aceptarlo, a lo largo de la vida vas aprendiendo que todo tiene una explicación . Quieras o no, es así. Las cosas no pasan por que sí, pasan porque tienen que pasar, porque uno elige que pasen. Un error lo tiene cualquiera, pero la explicación no. No siempre la sabemos, pero si siempre la hay. A veces mentimos y escondemos o guardamos esa explicación, pensando que va a ser lo mejor. ¿Realmente es así? ¿Lastimamos menos a alguien escondiéndole el porque de las cosas?

- ¿Segura que estas mejor? –Pregunto por tercera vez al acariciar su rostro- ¿No queres llamarlo? ¿Ir a verlo? –Ofreció después de besar delicadamente su mejilla-
- No, en serio mi amor. Ya esta, estoy bien –Respondió no muy convencida- ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?
- Porque acabas de sonreír. Ya extrañaba esa sonrisa hermosa –Explico entre pequeños apretones de labios-
- Te amo –Pronuncio uniendo su boca a la de él-
Pedro sonrió y volvió a ser feliz.
- Ahora, ¿no era mejor que yo fuera para allá? –Consulto rodeándola por la cintura- Digo, así después seguías disfrutando de Pinamar.
- No, quería estar solo con vos. –Justifico Mariana tirando su cabeza hacia atrás- ¿Me haces masajes? –Pregunto con un tono más dulce de lo común, logrando que una pequeña carcajada saliera de su acompañante- En serio, estoy muerta, vine parada porque estaba lleno.
- ¿No te queres acostar un ratito mi amor? Mamá no esta, estamos solos, así que no tenes que tener vergüenza –Explico al ver como su novia sonreía tímidamente- Estas muy cansada Lali.
- Bueno, anda yendo que primero tengo que llamar a mi madre –Al parecer, a Juan Pedro no le agrado la idea. Torció su gesto y bufo- Por favor mi amor, tengo que avisarle que estoy acá. No te enojes.
- No me enoje Lali –Pronuncio junto a una sonrisa de costado- No me enoje –Repitió con un tono más bajo- Es solo que a veces te miro y después de saber todo lo que pasaste vos, me asombra ver como te preocupas tanto por los demás.
- Es mi mamá, debo preocuparme por ella. Soy lo único que tiene, y la amo. –Respondió sonriendo y tomando su celular-

Hoy, la única explicación que tenia el castaño caracterizado por sus lunares que se encontraban en su rostro, era la que siempre imagino. Su novia valoraba lo que tenía, lo cuidaba como oro y no dejaría nunca que algo le pasara. Bajo su mirada al llegar al cuarto, después de recordar en el camino la primera vez en la que ella se descargó con él, contándole su frío y cruel pasado. Y algo no le cerraba, algo lo incomodaba. ¿Realmente todo tiene una explicación ? ¿Qué explicación tenia el pasado de Mariana? ¿Qué explicación tenia el dolor y el sufrimiento?

- Acá estoy –Hizo notar al llegar a aquella habitación- ¿Me vas a hacer masajitos? –Insistió apoyándose sobre el marco de la puerta-
- Veni, acostate acá –Ordeno mientras dejaba que su mano cayera reiteradas veces sobre la colcha, indicando el espacio libre que había a su lado-
- Pero no me quiero dormir mi amor, quiero aprovechar el tiempo contigo –Contradijo la morocha mientras se recostaba junto a él-
-Lali, son las doce del medio día, descansa un rato, yo te prometo que te llamo –Susurró en su oído mientras acariciaba su pelo-
-Pero por favor, llamame en una hora, como mucho dos. –Rogó mientras se acomodaba- ¿Si?
-Si hermosa, te lo prometo – Le dijo casi en silencio mientras la rodeaba con sus brazos- Descansa –Agregó y besó su frente-

¿Y entonces? ¿Por qué sufría tanto? ¿Por qué le tenia tanto miedo a dormir junto a él y a despertarse y encontrarse sola por unos segundos? ¿Por qué no podía despegarse un segundo de él? ¿Por qué debía sufrir si no se lo merecía? ¿Por qué tanta maldad la rodeaba? ¿Por qué? ¿Cuál es la explicación? ¿Importaba la explicación? ¿Qué cambiaria si la hubiera?