Novela "Año nuevo, vida nueva" cap 45

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 45; Pasado

Sus piernas temblaban de miedo, desesperación, causando que las de Pedro no se encontraran tan firmes como el las quería. Sus manos sudaban con el solo hecho de pensar, las lágrimas aparecían a cada segundo y comenzaban a empapar su delicado rostro, mojando también la tan clara remera de su novio. Se encontraba aferrada a él de una manera en la que, por más fuerte que él fuese, no podría escaparse. Su cabeza se apoyaba en hombro derecho, y su respiración aceleraba cada vez más. Intento mantener la calma para no preocupar más al castaño, quien llevaba el celular en su mano y verificaba cada tres segundos si no tenía ninguna llamada o mensaje, pero su intento fallo. Juan Pedro se acomodo y sentó recta a Mariana, haciendo que su espalda quede completamente apoyada sobre el respaldo del asiento del ómnibus. La tomó de las manos y comenzó a respirar lentamente, en un intento de tranquilizarla. Ella solo asintió y apretó sus ojos....



Los minutos se hacían más largos cuando iban disminuyendo. Solo se encontraban a quince de llegar y las agujas del reloj parecían haberse parado. Elevó su mirada y logró dejar pasar el tiempo con más rapidez, al encontrarse entretenida en un punto fijo. Un liviano mechón castaño, que se desprendía de atrás de la oreja de su novio, se movía con facilidad cuando el viento entraba por las ventanas. El aburrimiento la invadió al ser consiente de lo que hacia, pero no tuvo tiempo para quejas, Juan Pedro la tomo del brazo fuertemente y bajaron del vehículo, se podría decir que, casi volando.

- ¿Te lastime? –Preguntó una vez que se encontraban en el taxi, mientras acariciaba con su mano derecha el rostro de Mariana, y con la otra, la sujetaba a ella con firmeza-
- No –Respondió segundos después, al verse atraída por el exterior- ¿Por qué? –Consultó volteándose-
- Te tomé muy fuerte el brazo cuando bajamos. Podría haberte lastimado –Dudó por unos segundos, y se encargó de observarla-
- Tranquilo mi amor, estoy bien. –Aseguro la morocha junto a una amplia sonrisa, para después apretar sus labios sobre la mejilla de su novio y así imprimir un cálido beso-

En cuestión de segundos llegaron a la clínica en la cual la mejor amiga de ambos se encontraba internada. Entraron con rapidez, sin importarles los mil y un carteles que pedían que no corriera por el sanatorio. Llegaron a la habitación, algo exaltados, y allí si respetaron las normas. Nicolás se encontraba con su cabeza hundida en el pecho de su novia llorando. Los sollozos se escuchaban perfectamente y retumbaban en aquel silencio. La morocha se acerco hasta él, para apoyar delicadamente su mano en el hombro del rubio, y así lograr llamar su atención. Sin que aquellas gotas dejaran de caer de sus ojos, la abrazo con firmeza, como nunca lo había hecho. No había nada más que decir, había más posibilidades de que Euge perdiera definitivamente su memoria, a que despertara totalmente fresca.

- ¿Te traigo algo mi amor? -Pregunto la morocha al entrar a la habitación- Peter –Pronuncio al no recibir respuesta-
- ¿Qué pasa? –Consulto deprimido, mientras hundía ambas cejas en sus ojos-
- Voy a ir a comprarme comida, ¿queres algo? –Insistió acercándose a él-
- No, no. Anda –Decidió volviendo a enfocar su vista en su amiga-

Recostó su cabeza al lado de la de ella y se detuvo a mirar sin mirar, una pequeña mancha que había en el techo. Los recuerdos volaron por su mente, los lindos, los feos. Las peleas y los mil besos. Los te amo, los celos. Su sonrisa. ¿Cómo podía ser que algo tan puro como la sonrisa se borrara de esta manera? ¿Cómo era que ahora en vez de sonreír y ser feliz, se encontraba internada con riesgos de olvidar un pasado ? Un pasado feliz y un futuro por vivir. Lloró con miedo, con bronca, con dolor. Los minutos pasaron sin que alguien interrumpiera la escena, pero Mariana volvió al lugar, y pudo divisar desde la puerta como su novio lloraba por ella. Intentó salir en silencio, pero no pudo conseguirlo, justo cuando estaba de espalda, a pasos de la puerta, Pedro noto su presencia. Siguió su paso acelerado hasta encontrarla en uno de los sillones de la sala de espera.

- Mi amor –Pronuncio al llegar a ella- ¿Ya comiste? – Fue lo primero que le salió a la mente-
- Si –Respondió con la voz cortada por el dolor-
- ¿Por qué te fuiste de la habitación? –Intentó sacar el tema- ¿Te pasa algo? –Insistió-
La morocha quedo en silencio por varios segundos, sin todavía mirarlo a los ojos.
- Es algo fuerte lo que los une a vos y a Euge –Comenzó para sorpresa de él- Se los ve y expresan todo lo que se amaron, y –Balbuceó- y tal vez, se aman –Expresó al fin apretando sus ojos-
- ¿Qué decís Lali? –Pregunto abriendo sus ojos- ¿Vos dudas de mí? –Volvió a hacerlo- Mi amor, Eugenia es pasado. Gran parte, pero sigue siendo pasado.
- Ya lo se, pero los veo y me agarra una cosa acá –Expreso mientras apretaba su corazón- Y si, siempre digo lo mismo,
-Ya lo se, pero los veo y me agarra una cosa acá –Expreso mientras apretaba su corazón- Y si, siempre digo lo mismo, pero te juro que no soy yo la que quiero que esto pase. –Explico mientras se inclinaba hacia él- Te lo juro –Repitió-

Tomó aire suavemente, para dejarlo salir por su boca más rápido que nunca. Esbozo una media sonrisa y la abrazó con todas sus fuerzas. ¿Por qué siempre salta el pasado cuando se esta en el presente? ¿Por qué siempre se discute a causa del pasado? ¿Qué es realmente el pasado? ¿Siempre el pasado es pasado? ¿O a veces pasa a formar parte del presente también? Pero sobre todo, ¿Qué importancia tiene el pasado?

-¿Ya estas mas tranquila? –Consulto a la vez que acariciaba su rostro-
-Si, si –Aseguro firme- Vamos mi amor –Y lo tomo de la mano-