Capitulo #38: Mi Regalo
Miércoles. 22.35 hs de la noche. Una casa. Una fiesta. Mucha gente. Muchos disfraces.
-Nunca vi tanta gente en un cumpleaños –dije al ver a Eugenia tomando un vaso de gaseosa entre todos los invitados con aquel disfraz de diabla
-Viste? Mas o menos 150 personas, que me decis?
-Que tu hermano es muy querido –reí- no vino Cande todavía?
-Y, entre que se levanta de la siesta, que elige la ropa, que se lima las uñas, que busca combinación a todo, que entra al baño. Y si, más o menos, seis horas para que salga de su casa –reímos
-Y como la están pasando bellezas? –nos pregunto Nicolas al aparecer entre nosotras dos
-Todo bien –dije- estas muy lindo con el disfraz de bombero eh! –bromee
-A mí todo me queda bien. No te pones el antifaz? –me pregunto
-No, prefiero que me vean la cara
-Que mi hermano te vea la cara –acotó Euge
-Perdón? Ojo con el pelado eh! mira que es bravo –en tono de amenaza, Nico
-Querido, estás hablando de mi hermano, asi que ojo con lo que decís. Hablando de él, que le regalaste?
-Una sunga –respondió y las dos abrimos los ojos impresionadas y nos miramos- no nabas –rió- le regale un reloj pulsera y un perfume, vos rubia?
-Ropa. Sepan que mis regalos siempre van a hacer eso –me miró- y vos La, que le regalaste?
-Yo? Nada, una pavada
-Pero que? –insistió
-Dejala che, si no quiere contar que no cuente. Rubia, reggae bailas? –y le estiró la mano
-Obvio rulitos –le contestó, agarró su mano y salieron a la mitad del living con toda la gente a moverse desaforadamente
-Está bien eh –hable sola- yo me quede aca, no chicos! Por favor, no se hagan problema por mí. Bailen, bailen que yo me consigo a alguien. Tarados –dije para abajo y al voltearme me encontré con Pedro- que mira tanto señor Zorro, se le perdió algo?
-Sí, una princesa, y muy linda –canchero- la estas pasando bien peti?
-Sí, mucha gente. Le contaba a tu hermana que nunca vi tanta gente en una casa. Te aviso que yo no limpio después eh –y reí
-Tenes variados. Hay del secundario, de la academia, del club, vecinos. Amigos y amigas de vida
-Amigas de vida? –irónica- algún filito tirado al tacho?
-Muchos, pero hay uno solo que quiero esta noche toda para mí –se acercó a mí más de la cuenta- queres saber quién es?...
-Friend! Happy birthday! –gritó alguien con una voz muy particular y abrazó a Pedro de la espalda
-Cande, que oportunista que sos –dijo sarcástico y se volteó para mirarla- apa, lindo el disfraz eh
-Es de esqueleto. Como ustedes me dicen flaqui de aca, flaqui de allá, escuálida por aca, entonces dije, de que me disfrazo para el cumple de my best friend? Y vi el de esqueleto y me encanto. Aparte viste que tiene como brillo en la oscuridad –mientras se tocaba el disfraz
-Bueno, sí, muy lindo. Por allá esta Euge, anda a buscarla –le dijo Peter para sacarla del medio
-Para, para. Mira –le entro una bolsa- surprise! Mi regalo
-Que lindo che, muchas gracias –y beso su mejilla- ahora te podes ir?
-Que lindo que si ni lo abriste? Sos zorro eh. Ah mira, justo estas disfrazado
-Cande, mira, allá esta Euge, te hace señas. Anda a saludarla que tiene algo re interesante que contarte
-De su chico? –sonriendo
-Sí, de su chico. Anda, anda –y le hice señas para que salga y miré a Peter- que malo que sos eh, ni siquiera viste lo que te regalo
-Pero vos te diste cuenta el momento que interrumpió?
-Sí, me di cuenta. Y ahora lo interrumpo yo, vamos a bailar –le dije al agarrarle la mano
Nos inundamos entre toda la gente que había en esa gran casa y comenzamos a bailar. Eugenia con Nicolas. Candela con Agustin, nose que pasaba ahí, de algo me había perdido. Y yo con Pedro. Después las parejas se cambiaban. Eugenia con Pedro y yo con Nicolas. Música de los ochenta, los setenta. Reggae. Reggaeton. Rock y pop. Todo escuchábamos, todo cantábamos, todo bailábamos. Llego el momento de los lentos, los cuales no pasaron desapercibidos por ninguno. Aproveche ese momento para agarrar a Pedro y salir al patio de su casa. Quería hablar con él. Tenía que entregarle mi regalo.
-Que pasó? No te gustan los lentos?
-No, nada que ver, creo que es el ritmo que mejor hay entre todos
-Sí? Mira vos, no te veía tan romántica che –dijo bromeando
-Algo escondido tengo –le sonreí- en realidad te saque porque quería hablar con vos. Bah, nose, si el señor zorro me deja
-Obvio. Que pasa princesa?
-En realidad nada malo, pasa que quiero darte mi regalo
-No, no hace falta, bastante con todo lo que haces
-No, es que tengo que hacerlo Peter. Es mi regalo, no podes rechazarlo
-Bueno dale, que es?
-Algo que estabas deseando hace mucho. Bah, que deseábamos hace mucho –dije
Nos quedamos mirando por poco segundos fijamente a los ojos, y fue cuando me acerqué a él y junté mis labios con los suyos provocando ese beso. Ese beso tan esperado. Ese beso que se convirtió en mi regalo. Sentía sus manos que rodearon mi cintura y mis brazos se apoyaron sobre sus hombros. Pero una imagen se me vino a la cabeza. Ese mismo recuerdo que apareció ayer, ahora estaba más claro. Con la diferencia que pude notar las caras de aquellos chicos.
Flashback:
-Dale Lali! –decía una nena con pelo largo, color rubio, desde lo lejos
-Está conmigo Eugenia! –protesto otro nene de dos años más, agarrándome de la mano. Me volvió a mirar- en que estábamos?
-En que me decías que soy linda –respondí yo, con aquel vestido de princesa
-Ah cierto –y empezó a reí- pero al final no me dijiste si queres ser mi novia
-Ay si Peter, pero como juego eh! sino tu hermana se va a poner triste. Otro dia va enserio –sonreí
-Vos? –nos preguntamos al mismo tiempo luego de separarnos de aquel beso
Entonces fue cuando Pedro salió corriendo y yo lo seguí. No podía creerlo. Estuve todo este tiempo con esa persona que tanto quería cuando era chica. Lo busqué con la mirada y lo encontré subiendo las escaleras hacia los cuartos. Lo seguí, lo seguí y entre a su habitación. Allí estaba arrodillado en el piso con una gran caja. Me coloqué a su lado y vi como en su mano llevaba una foto que, al mostrármela, me vi a mí y lo vi a él, con solo seis años, disfrazados de la misma manera en que
con solo seis años, disfrazados de la misma manera en que estábamos ahora. Y solo lo miré. Solo me miró. Solo sonreímos.
-Feliz Cumpleaños Peter –le dije. Y fue cuando nuevamente me acerque a él para provocar el segundo beso de la noche. Pero un beso que duro más que el anterior. Y no hubo recuerdo que interrumpa ese hermoso momento.
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