hOY: Doble dosis de Nove xD. Capitulo 7." Recuerdos."

Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 7; Recuerdos

FlashBack.
Mariana dormía en aquel oscuro cuarto cuando apenas tenía 12 años. Un fuerte ruido causado por el choque de dos tazas la despertó. Miro para ambos lados y se vio rodeada de diferentes peluches, y recordó que su madre estaba de viaje. Estaba lejos, por Europa. La extrañaba demasiado, pero en dos días regresaría. Se levanto despacio de su cama y con suaves pasos para no despertar a su familia se dirigió a la cocina. La puerta estaba entre abierta y se paralizó con lo que vio. Una alta rubia de cabello enrulado se encontraba sentada sobre la mesa besando desesperadamente a su padre. El la seguía y jugaba con los rulos de la muchacha, hasta que paró. Le susurro quien sabe que al oído y la misma se paró, tomo su cartera y volvió a besarlo para después dirigirse a la puerta. Mariana corrió asustada y con miedo, entendiendo bien la situación. Volvió a acostarse en su cama para no levantar sospechas de que vio lo que debía ver. Y después de horas y horas de pensar lo que había visto se durmió, perdida en aquel miedo.
Fin FlashBack
- Y bueno, después volvió mi madre y no le conté nada, una semana después ella los vio con sus propios ojos. Él negaba todo, le seguía diciendo que la amaba y millones de cosas más. A las dos semanas, mas o menos, se fue de casa, pero no sin antes decirme al oído que me amaba como a nadie – Continuo relatando Lali con una lagrima en su rostro- Después de ahí lo vi tres veces creo.
- ¿Y tú hermano?
- Mi hermano… - Murmuro negando con su cabeza- más mier.da que él. Resulta que a los dos meses de que todo cambiara y de vivir sin mi padre en casa, nos enteramos que mi hermoso hermanito lo cubría hace varios meses. Por supuesto, mi madre lo hecho de casa y lo mando con la mier.da mayor. – Explico secando sus cuatro lagrimas-
- Es fuerte tu historia. – Aseguro Pedro abrazándola-
- Es un feo recuerdo .
¿Qué tan triste puede ser un recuerdo para desanimar a una persona? ¿Tan feos son a veces? Pensar que muchos de nosotros tenemos recuerdos hermosos, y por lo mismo pensamos que solo existen los buenos. Pero no, existen los feos y dolorosos también. Aquellos que a veces tratamos de olvidarlos y de borrarlos de nuestras vidas pero no podemos. Ojala uno pudiera vivir tan solo con los buenos recuerdos y no pensar en un frio pasado. ¡Ojala!.
- Pero bueno, de a poquito lo voy superando. Hubo una época que no pude superar el hecho de que mi hermano también nos haya traicionado y me pelee con mi madre. Fue cuando viví un mes en lo de mi tía, quien me ayudo a darme cuenta de la verdad. – Comento la morocha sin ánimos-
- A veces tenes que mirar lo bueno, si no fuera por esa persona no estarías acá. –Ánimo Juan Pedro-

CLICK EN LEER MAS PARA LEER EL RESTO DE LA NOVELA



- No me hubiese perdido de mucho – Respondió Mariana rascando su cabeza-
- No digas eso. Te hubieses perdido si, de conocer a tus amigos, si no conocías a Euge capaz que no estabas acá, capaz que yo no te conocía y no me hubiera enamorado de tu sonrisa. – Confesó tomándola de la cara-
Y ella volvió a reír. Lo único que pudo hacer, quedo perdida entre tanta dulzura que el chico daba. Y tenía razón, no tenia que mirar para abajo por tan solo un recuerdo o un frio pasado. Por más fuerte que este fuera había que mirar para adelante y pensar en las cosas buenas. Y agradecía poder estar en ese momento frente a Juan Pedro. Le dio un cálido abrazo e hizo un brusco movimiento generado por el frio.
- Ya es tarde. Me voy – Pronuncio casi en silencio-
- Gracias por todo.
Se acercaron para saludarse. Pedro movió su boca a punto de rozar con los labios de ella pero no, se detuvo. Se dirigió a su cachete y lo beso con ternura. Le guiño el ojo y se fue. Camino esos pasos que lo separaban de la casa de Euge con tristeza en sus ojos. La historia de Mariana era fuerte. A los doce años, cuando tal vez el estaba recién saliendo con alguna chica o experimentando el amor, ella sufría por culpa de aquel hombre que arruino su vida. Entro lentamente a la casa para no despertar a nadie y subió hasta donde se encontraba su cuarto. Eugenia apareció por atrás asustándolo.
- Bueno bueno. ¿Qué andábamos haciendo que llegamos a estas horas? – Consulto levantando sus cejas y con un tono divertido-
- ¿Y por acá que hacíamos que andamos despierta? – Devolvió la pregunta con el mismo tono-
- Yo te pregunte primero, vos contás yo te cuento. – Río-
- ¡Siempre me ca.gas! – Exclamo negando varias veces- Estaba con Lali, me estaba contando su historia. – Explico Pedro mientras se sentaba en su cama-
- ¿Qué historia? – Consulto la rubia, al sentarse enfrente-
- La del padre, el hermano y todo el rollo.
- Si, el pasado ese de mier.da que tiene. – Recordó Eugenia- ¿Qué más?
- Nada más. Te lo juro – Pronuncio al notar la mirada de ella clavada en sus ojos- ¿Detalles? Me pidió la hora, que la acompañe a su casa, nos sentamos en el escalón – Comenzó a relatar Juan Pedro-
-¡Ta! – Interrumpió molesta-
-Tu turno …
-Ajá. También, nada interesante. Charlamos un rato y caminamos. – Mintió-
-Eugenia – Pedro amenazó con su mirada-
-Y empezó con las indirectas, los chamuyos y eso, nada más. – Recibió la fuerte mirada de él- Y nos besamos. – Finalizo desviando sus ojos-
-¡¿Se besaron?! – Consulto para si mismo- Ojo con Nicolás vos, me pongo celoso. – Bromeó Pedro haciendo gestos-
-Te amo, y lo sabes. – Pronuncio apretujando sus cachetes y beso su mejilla, para salir del cuarto-