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martes, 7 de julio de 2009

Novela en el blog "Año nuevo, vida nueva" Cap 59


Año nuevo, vida nueva.
Capitulo 59; El tiempo y el viento.

Quieras o no, la vida pasa, las manecillas de cada reloj siguen su recorrido, segundo por segundo, minuto por minuto. El viento sopla una y otra vez, y le hace compañía. Juntos te arrebatan los lindos recuerdos. El viento se lleva un gorro, un cartel, se lleva alguna flor, el papel de un caramelo, algún billete, pero el viento se lleva las palabras. Las malas, las buenas, las lindas, las tiernas, las forzadas, las simples, se las lleva todas. Y el tiempo ayuda con el resto. El tiempo se lleva la infancia, la pubertad, la juventud. Se lleva la primera palabra que pronunciaste, el primer diente que te salió, se lleva tu primer jardín, tu primera amistad, el primer chico, el primer beso. Se lleva tus primeras y últimas vacaciones. Se lleva la primera salida, la primera cita, se lleva esos días de buen y mal humor, los días en los que solo sonreímos, y en los que mostramos nuestra peor cara. Pero en fin, se lleva la vida, el pasado, se lleva los recuerdos. Lo que pasa hoy todavía sigue en nosotros, en nuestra conciencia, pero mañana se va a ir también. A veces tiene algo positivo, y a veces odiamos ambas cosas por arrebatarnos de tal manera todo lo que deseamos que permanezca para siempre....

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Cuando deseamos completamente que el reloj mundial pare y que todo quede congelado allí, así como esta todo, es cuando más odiamos al tiempo, porque sabemos que no va a pasar, sabemos que al pestañar ese gesto, esa posición, esa palabra desaparece. Y si, tal vez haya una segunda vez, pero nunca va a ser igual. Aquel gesto fue único, y nunca se va a lograr articular uno completamente igual. Y aquella palabra no va a salir con el mismo tono. Claramente, nada sucede dos veces completamente iguales. Y por aquella razón, odiamos lo que se hace llamar tiempo, y tal vez viento. ¿Pero que pasa cuando alguien te lastima, te hace sufrir, te quita todo el amor, lo pisa, lo lastima? ¿Qué pasa ahí?. En ese momento comprendemos que es buena la existencia de ambas cosas, es bueno saber que eso pasa, y que el reloj sigue en marcha, y que en segundos se puede cambiar, y volver a ser feliz. Y ahí nos damos cuenta que el tiempo es una de las mejores cosas de la vida. Y aunque tal vez el viento nos quitó quichicientos gorros, mayas, carteles e infinidades de cosas, también vale la pena que exista.


- Permiso… -Dijo entrando a la diminuta habitación, observando con detención aquella débil figura que seguía recostada sobre la cama, como lo hacía hace tres días- Vengo a ver a la novia más lin –Y dio por terminada la frase, al notar la húmeda gota que bajaba por la perfecta piel de Mariana- ¿Estás llorando? –Pregunto más como una afirmación. Ella lo miró, apenada por una razón desconocida y curvó sus labios para dibujar una pequeña sonrisa- ¿Me contás? –Consultó acomodándose a su lado, pasando uno de sus brazos por detrás de su novia, para así lograr abrazarla-
- Nada, es una simple lágrima que se me escapo por que eh –Y ahí metió la pata por completo, los castaños ojos de su novio se clavaron en ella, haciéndola sonrojar- No te enojes por favor, ni te lo tomes a mal –Pidió apresurada mientras también se acomodaba para intentar quedar a su altura- Esto de que últimamente anduvieran recordando épocas en las cuales salías con Euge me pegó mal, estoy sensible no se porque, porque yo estoy muy segura de donde estoy y con quien, pero no se, me revolvió un poco –Admitió algo encorvada, mientras lo miraba con un poco de vergüenza, preparada para las siguientes palabras. Suspiró y vio como los labios del castaño comenzaban a moverse-
- Lo que imaginaba –Comento llevando su mano hacia su mentón, frunciendo su ceño- Perdoname –Pronuncio más blando, segundos después- Tendría que haberme dado cuenta que los comentarios te iban a molestar, perdón –Repitió sujetándola con más firmeza, viendo como ella negaba rápidamente con su cabeza-
- No, soy yo la sensible. Miles de veces recordé mi pasado con, bueno, con Martin, y vos no me hiciste reproches. Tampoco me los esperaba eh –Confesó con una media sonrisa- pero nada, solo quería responder tu pregunta. –Agregó después, tomandolo de la nuca para poder dar un suave apretón de labios- ¿Y bien? ¿Qué invitación me vas a hacer? –Pregunto luego de unos segundos, de forma divertida, expectante al ver el brillo de sus ojos- ¿Cine, playa…? –Insistió dejando un poco de suspenso-
- Ahora vas a ver –Avisó y de un suave tirón la paro de aquella cama-


Seguridad y Confianza. Estaba más segura que nunca, segura en los brazos de quien se encontraba, segura de haber elegido la opción correcta, el chico correcto para el nuevo ciclo que estaba por empezar. Segura de que esta vez la vida no le fallaría, segura de que aunque el tiempo y el viento borraran cada segundo vivido, en ella siempre iba a quedar el recuerdo. Y confianza, confianza en él, confianza en que la iba a cuidar, a proteger, a respetar el resto de sus vidas.
Confianza en que aunque el mundo se diera vuelta, el iba a estar junto a ella SIEMPRE. Esperanza, inquietud, nervios, amor, ternura. Mil y un sentimientos rondaban por los dos, logrando una gran conexión que los unía cada vez más. Pero que esta vez los unía verdaderamente, para ser solamente una sola persona. Algo que nunca se habían imaginado, ni lo sucedido, ni el tiempo, ni el lugar, ni el momento. Nada había sido imaginado, nada de nada. Un año, un año desde que se conocían, un año desde que sus vidas habían cambiado por completo, un año desde que sus corazones se habían unido y habían escrito que estaban hechos el uno para el otro. Y así sin más, estaban los dos, juntos, pegados. Y esa noche, un año después que se habían conocido, hicieron el amor, expresando el cariño que sentían por ambos.

-Gracias –Pronunció segundos después de observar como sus cuerpos se encontraban tapados por una blanca sabana que los cubría a ambos-
-¿Gracias? –Repitió confuso-
-Por hacerme la –Y aplico comillas en esta ocasión, al pronunciar la palabra con un tono de diversión- mujer más feliz de todo el mundo. Gracias mi amor –Agradeció e imprimió suaves besos sobre los carnosos labios del castaño-
-Te amo –Aseguró mientras la abrazaba más, con miedo a perderla quizá-
-¿Te acordas cuando me compraste la cadenita? –Consultó tocando aquel dije que llevaba colgado, llenándose de recuerdos-

2 comentarios:

Maii dijo...

ahhhh que lindooo... ..

que pasa con la cadenita!!:.. ahhh quier cap!:.. pliss... no aguantoo...!!!... ajja muy buenaa.. gracias!!!

Anónimo dijo...

quien escribe este fanfiction?

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