Capitulo #44: Llevar el Miedo
-Para Nicolas, quedate quieto –le decía Eugenia mientras intentaba colocarle hielo en la mejilla que la llevaba algo hinchada
-Pero arde! –se quejó
-No te ardería si no te hubieses agarrado a las piñas –le reprochó ella
-Aay! –gritó Peter cuando yo limpiaba las heridas de su labio
-Sh, no abras la boca –le dije
-Arde, arde! –no dejaba de quejarse
-Vos también eh –lo reté- vamos hasta allá para calmar las aguas y vos te sumas!
-Son todos iguales los hombres, resuelven todo a las trompadas –hablaba Eugenia mojando otro paño
-Que querías que hiciera? Que me quede quieto? –preguntaba Nicolas con un tono de ironía
-Pero que es lo que exactamente escuchaste Nico? –le consulto su amigo
-Estaba hablando por teléfono y nombro a Lali. La iba a poner en peligro, después no escuche nada más. Pero con solo eso me sacó de las casillas..
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Otra vez pasaba lo mismo. Otra vez aparecía el miedo que hacía días había perdido. No sabía dónde podría haber quedado, pero me di cuenta que estaba escondido a pocas cuadras de acá. Cuando Nicolas termino de hablar, lo miré algo aterrorizada y salí de la cocina para subir al cuarto de Eugenia. Me tiré en su cama boca abajo y me deje llevar por el llanto, viendo como las lágrimas caían en dirección a la almohada. Nuevamente el miedo llegó, ese mismo miedo que yo creía haber perdido, volvió. Nicolas herido. Pedro golpeado. Eugenia llorando. No soportaba verlos a ellos mal, no soportaba verlos sufrir por mi culpa. Sufrir por un tonto miedo que jamás superé. La puerta del cuarto se abrió y sentí como alguien se sentaba a mi lado y comenzaba a acariciar mi espalda con gran delicadeza. Levante mi cabeza para solo girarla y ver el rostro de Peter, con su boca lastimada.
-Ey, no llores. Vos no tenes la culpa de nada –me dijo al secarme unas cuantas lágrimas
-Si la tengo –y me acomodé para quedar sentada enfrente a él- mira como estas vos. Miralo a Nico, a Euge. No puedo verlos sufrir por mi culpa
-Nadie está sufriendo por nadie. Lo único que hicimos fue cuidarte. Está bien, lo que hicimos estuvo mal, pero no había otra forma. Confiá en nosotros, en mí, yo te voy a cuidar
-No entendes Peter. Aca no es un tema de confianza. Yo confío en vos, en Euge, en Nico, pero no puedo confiar en mí. Pero no porque piense que hago todo mal, sino porque tengo miedo. Toda mi vida estuve con miedo, mi vida la viví con miedo. Cuando hoy se agarraron a las trompadas con Pablo también me agarro miedo, pero porque llevo el miedo adentro. Ver que alguien se golpea, ver sangre, ver toda mi vida como mi papa discutía y golpeaba a mi mama. Ese miedo siempre lo voy a llevar, porque tengo miedo de yo cometer el mismo error –hice una pausa- tengo miedo de formar una familia –y ahí volví al llanto
-Todos tenemos miedos Lali –y acarició mi mejilla
-Pero esto es muy distinto. Te voy a dar un ejemplo, suponete que hay una nena chiquita que tiene un juguete y llega otro nene chiquito y se lo saca. La nena que va a sentir? Miedo. Cuando los años pasen, esa nena va a ser una mujer y un dia se encuentra con ese nene que ya es un hombre. Apenas lo vea, ella que va a sentir? Felicidad por volver a encontrarlo? No, va a sentir miedo. Miedo a que le robe otra cosa, porque toda su vida llevo ese miedo de que le saquen las cosas que tanto quiere
-Pero a todos les pasa eso. Vos te crees que yo soy re valiente?
Que no le tengo miedo a nada? Si pensas así, estas muy equivocada. Primero me separé de vos cuando tan solo teníamos seis años. Después llego el turno de mis viejos que se separaron definitivamente cuando era grande, aunque dieron sus idas y vueltas. Yo también llevo un miedo, tengo miedo de separarme de todo. Ver como la gente se separaba, como mi –remarco esa palabra- gente se separaba, duele y mucho. Ey, no te quiero ver mal. Yo te voy a ayudar, voy a estar con vos –terminó de hablar para acariciar mi mejilla algo húmeda
-Necesito pedirte algo, y que por favor, no te enojes –agarre su mano- Nicolas no está bien, soy su mejor amiga y tengo que estar con él, no lo puedo dejar solo. Me –tímida- me voy a ir a su casa en este tiempo que nos queda para ayudarlo. Y con respecto a nosotros –baje mi cabeza y volví a levantarla- me parece que lo mejor va a ser tomarnos un tiempo –me miro algo sorprendido y soltó mi mano- sé que no somos nada y estábamos en algo, pero quiero pensar un poco en esto que pasó, no quiero ver sufrir a nadie mas
-Nada? –Pregunto- para vos esto era nada? –volvió a preguntarme
-Para Peter, no era para que te enojes, solo los quiero cuidar. No quiero que nadie salga lastimado por mi culpa
-Tarde, ya lastimaste a alguien –dijo y se levanto de la cama para irse de la habitación. Intente llamarlo, pero ya había salido
Siempre hice, hago y haré cosas las cuales nunca tendría que hacer, y todo por un simple miedo que llevo hace diez años.
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